Análisis de Metal Eden, un DOOM de ciencia ficción con personalidad propia, ideas prestadas y acción que no da tregua

La jugabilidad es intensa y exige movimiento constante. Combina parkour, un gancho para desplazarse, un arsenal diverso de armas y una mecánica central que permite arrancar núcleos de los enemigos para usarlos como granadas o absorberlos para recuperar salud. La progresión de poder, tanto de ASKA como del jugador, está muy bien lograda. El juego ofrece un control impecable y escenarios verticales que recuerdan a DOOM Eternal o Ghostrunner.

Con una duración de unas 5 horas en su dificultad normal, es una experiencia intensa y concisa. Su apartado técnico es sólido, con buen rendimiento, aunque los gráficos podrían pasar por de la generación anterior. La banda sonora es destacable. Pese a no ser original en su concepto, Metal Eden tiene identidad propia y es una apuesta segura dentro de los juegos AA, especialmente por su atractivo precio.